Los delitos e infracciones ambientales son la solución más práctica aunque no la más eficiente de tratar de corregir el mal comportamiento y poco interés del ser humano para con su propio medio ambiente, la falta de cultura de protección de la mayoría de los costarricenses llevo a los legisladores a estipular diversas infracciones y delitos, cuyas penas son evidentemente ridículas la más alta es por 3 años, y muchas otras consideradas contravenciones, es decir el mismo legislador le resto importancia al artículo 50 constitucional, a nuestro derecho de vivir en un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, no es posible que el impacto ambiental, cuya repercusión es de amplia magnitud sea analizado como cualquier contravención, o daño cualquiera, a cuántos en muchos barrios de nuestro país no les interesa aprender a manejar los desechos sólidos, y por el contrario se hacen acumulados de basura como si fueran botaderos comunales.
No existe en nuestra ley ninguna política de reciclaje a la que todo ciudadano costarricense debe someterse. En definitiva los delitos e infracciones ambientales no cumple con la severidad necesaria para enfrentar las necesidades y problemas ambientales en la actualidad, lo cual se traduce en desinterés por parte de los legisladores, que cabe destacar cala muy dentro de muchos, que continúan creyendo que todos los recursos son eternos.
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